LA INDUSTRIA DEL FUTURO
Ivan Asensio: "Los videojuegos ya forman parte de la cultura popular, de la sociedad"
El coordinador de la escuela 'MasterD', Iván Asensio, explica cómo funciona por dentro la industria de los videojuegos: un mundo que le cautivó desde muy pequeño y al que se dedica profesionalmente con una incesante pasión.
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Iván Asensio durante nuestra charla./I.A.
Por: Álvaro Jordán Berdejo
03/01/2022 16:00 CET
El boom de los videojuegos ha irrumpido en nuestra sociedad desde hace unos años con gran fuerza, suponen la actividad de ocio preferida de los más jóvenes. Tampoco podemos olvidar que el auge de Internet ha permitido romper esa brecha de prejuicios hacia la industria y, con el paso del tiempo, los videojuegos han acabado volviéndose parte de lo cotidiano, sobre todo para quienes se dedican profesionalmente a ellos como Iván Asensio (Zaragoza, 1984).
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A sus 37 años de edad, Iván se ha convertido en uno de los referentes de la industria de los videojuegos dentro de Aragón junto a su escuela de Arte Digital, la cual prepara a los artistas y animadores gráficos del futuro. La ferviente llama de pasión que siente hacia el sector que admiró desde muy pequeño jamás se ha apagado; un sector poco conocido desde el exterior, pero con una enorme influencia que marcará el curso de la sociedad durante las próximas décadas. Por lo que Iván se dispone a explicar el funcionamiento interno de esa industria que tanto gusta a nuestros hijos, sobrinos y nietos. Son las once en punto, y ya se acerca el mediodía. El entrevistado me recibe con una sonrisa en su formal despacho, en el que se pueden apreciar varios focos y pantallas de televisión; como si de la habitación de un streamer se tratase. Asensio carga un moreno tupé y una arreglada barba hipster; acompañada por una indumentaria casual de color granate. El coordinador se encuentra preparado y sin miedo para lanzar un rayo de luz sobre la oscura incógnita que rodea a los más ajenos a este sector. Una afición que le hizo crecer como persona, en la que puede trabajar profesionalmente con orgullo, y que siempre tendrá un hueco en su corazón.
Entrevista
Pregunta: ¿Cómo empezó a jugar a videojuegos?
Respuesta: “Mi primer contacto con los videojuegos fue a los seis años, en casa de un familiar que tenía la consola Sega Master System. A pesar de que no sabía muy bien qué hacer a la hora de jugar, tanto la consola como sus videojuegos llamaron mi atención por completo”.
P: ¿(Risa) Y qué sintió con esa primera toma de contacto?
R: “Lo que más me impresionó fue el hecho de que existía una consecuencia en la pantalla en base a mi interacción. Es decir, lo que aparecía en la tele se movía a mi ritmo, cuando yo apretaba los botones del mando”.
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A pesar de que, desde el inicio, se convirtió en una afición que lo enamoró por completo; su pasión por los videojuegos no ha dejado de crecer. Iván afirma que su relación con los videojuegos ha ido moldeándose junto a la evolución de la propia industria: desde jugar a unos pocos cartuchos a intentar coleccionar videoconsolas y juegos; desde utilizarlos como una inmersión para aislarse del mundo a usarlos como un medio para socializar con sus amigos. Sin importar el procedimiento, él admite que su 'yo' del pasado tenía claro que siempre estaría ligado al mundo de los videojuegos, ya fuese de una manera profesional o como un puro hobby.
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P: ¿Le llegó a criticar la gente por esa afición?
R: “No, la verdad. En mi infancia, tener una videoconsola era casi un símbolo de ‘status’ en el colegio, no era visto como algo para frikis”.
P: ¿Cuál es el videojuego que recuerda con más nostalgia?
R: “¡Muchos! (risas). Pero, si me tengo que quedar con uno, diría 'Final Fantasy VII'; un juego de combates por turnos. Simplemente, me enamoró. Más de veinte años después aún guardo el juego original”.
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Asensio recuerda con cariño muchas de las escaramuzas virtuales que ha enfrentado y superado en sus 31 años como jugador de videojuegos. Sin tapujos, declara que lo mejor que le han dado los videojuegos son “miles de horas de entretenimiento, muchos amigos que he conocido a través de ellos e, incluso, me ha dado una vía de crecimiento profesional”. Asimismo, es incapaz de enumerar algún problema o punto negativo sobre los videojuegos. Con una humilde sonrisa de oreja a oreja, menciona que no se le ocurre nada.
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Con 22 años de edad, recién graduado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Zaragoza, Iván espoleó sus alas y alzó el vuelo hacia el mundo de la Empresa y el Marketing, donde pudo dedicarse de manera profesional en un sinfín de departamentos de desarrollo de proyectos, de negocio e, incluso, de expansión internacional. Asensio aguardó por el momento adecuado y, tras ver una oportunidad de negocio en el sector de los videojuegos, le propuso a la Dirección de su empresa abrir una escuela centrada en la industria: así nació su proyecto educativo y profesional, al cual bautizó como la escuela de Arte Digital 'MasterD'.
P: ¿Por qué eligió centrar su escuela en el sector del Arte Digital?
R: “Al final, el videojuego es un arte, en todo su conjunto. Y nuestro objetivo es formar a la gente involucrada en el desarrollo de videojuegos y productos interactivos. Es más, muchos de estos perfiles no solo ‘sirven’ para el videojuego, sino también para la industria del cine de animación o, incluso, el marketing. Aunque los videojuegos son el núcleo de nuestro proyecto, no son un límite laboral. Existen muchas opciones más”.
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Sus inicios en la industria fueron complicados, y le permitirían ver que “todo lleva más tiempo del que inicialmente estimas”. A pesar de que su proyecto se encontraba apoyado por una empresa estructurada, el coordinador de “MasterD” tuvo que asentar los cimientos desde cero. No obstante, Iván comenta que esa presión se volvería mucho más ligera al fichar a varios profesores, pues le hicieron el trabajo más sencillo y llevadero, y al “entrar en el mercado en el momento adecuado”: fueron las piezas clave de un puzle que concluiría con un sentimiento de autorrealización en Asensio, le permitieron ver que todo su trabajo y su esfuerzo habían merecido la pena.
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A la hora de hablar de cara al futuro de todos los estudiantes, sobre qué les esperaba al terminar sus estudios, el entrevistado asegura que es una industria “dura y estresante, en la que se valora muchísimo el ‘saber hacer’ y ser capaz de demostrarlo”. Asimismo, Iván explica que desarrollar un videojuego tiene mucha complejidad, ya que no solo implica que tenga unos buenos gráficos sino que “tiene que tener una historia brillante, ser divertido, tener una ‘curva de aprendizaje’ y, sobre todo, tiene que evolucionar y hacerte evolucionar a ti como jugador”. Los empleados de todas las áreas (Diseño, Arte Conceptual, Modelado y Programación) deben aunar fuerzas para lograr esta tarea a través de unas fechas de entrega muy estrictas, que pueden llegar a durar desde unos pocos días hasta siete años (dependiendo del tipo de juego que se quiera desarrollar) para dar como conclusión un producto rentable para el negocio.
P: ¿Cuál diría que es el área laboral más importante en un videojuego?
R: “Todas son igual de importantes. Pero, quizás desde mi prisma, la parte de Diseño y Producción sería una de las áreas cruciales”.
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P: ¿Y cuál es el videojuego ideal para usted?
R: “A nivel personal, el videojuego ideal es el que me tiene 'secuestrado'; el que me hace estar involucrado”.
P: Que la interactividad sea la clave, ¿no es así?
R: “Exacto. La interacción y la inmersión son los elementos más importantes y el secreto del éxito de los videojuegos. Permiten que el usuario esté dentro del juego, sea el protagonista y que el mundo se modifique a partir de sus decisiones”.
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Sin embargo, a pesar de la pasión y amor que son capaces de despertar los videojuegos en sus jugadores, Asensio asegura que muchos de los eventos organizados por las empresas solo son un medio de promoción y negocio; y que el antiguo espíritu “gamer” permanece solamente en los eventos celebrados por los propios miembros de la comunidad. “Los videojuegos se han popularizado mucho más, pero eso implica muchas más ganancias para las empresas, y el negocio es lo que prima al fin y al cabo; por lo que buscan promocionar sus productos de una manera ‘fría’ y competitiva”, afirma el entrevistado. También comenta que las empresas no solo ven los videojuegos como una forma de negocio, sino también como un nuevo medio de comunicación gracias a los referentes y oradores del siglo XXI: los creadores de contenido. “Los videojuegos ya no son solo entretenidos si los juegas tú, sino también si ves a alguien jugarlos de una manera pintoresca y graciosa”, comenta Iván.
Iván Asensio presentando a los ganadores del evento de videojuegos 'GameJam2020'./I.A.
A pesar de la popularidad que goza este nuevo medio de comunicación, Asensio no se olvida de recordar que existe el riesgo de que los videojuegos emitan un mensaje controvertido o equivocado. “Los videojuegos son tan interactivos y profundos que son capaces de modificar nuestros propios ideales y perspectivas. Las empresas lo saben y, por ello, procuran tener cuidado con los mensajes que envían”. El entrevistado continuó alegando que la popularidad e influencia de los videojuegos no dejaban de crecer, por lo que en algún momento tendrían que ser un medio regulado o limitado, para asegurarse de que no ocurriese ningún desastre imprevisto.
P: Hay estudios que afirman que los videojuegos pueden servir para el área educativa debido a lo didácticos que resultan. ¿Qué opina con respecto a esta declaración?
R: “Estoy de acuerdo. De hecho, nosotros ya hemos aplicado esa norma (risa). En ocasiones, hemos preparado juegos para algunos alumnos opositores del centro, sobre todo jóvenes que se están preparando para las pruebas de Policía Nacional o Guardia Civil. Con estos juegos hacemos que entrenen y se preparen para las pruebas psicotécnicas que les esperan. Al ser un medio interactivo, obtienen una mejor percepción y orientación espacial”.
P: ¿Cómo es su rutina de trabajo diaria?
R: “Pues entro a trabajar a las 8:30. Leo y contesto algunos e-mails. Después, suelo reunirme con los distintos departamentos para configurar cada una de las funciones y tareas. Cuando llega la tarde, suelo centrarme en el proceso de desarrollo de los nuevos cursos para lanzar a corto y medio plazo. Normalmente, termino mi jornada a las 18:00, aunque recibo llamadas del trabajo hasta las 20:00”.
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Iván adora su trabajo como coordinador de la escuela. Incluso ha llegado a admitir que, en ocasiones, te puedes llegar a sentir como el director de un instituto. No obstante, admite que “no todo es oro lo que reluce”, pues el trabajo comparte un cierto símil con el Periodismo: es difícil desconectar, ya que no posee una jornada de ocho horas. Debes estar pendiente en todo momento ante cualquier emergencia que ocurra en el centro o, incluso, en el propio mercado de los videojuegos. Para Asensio, “la adaptación es la clave, sobre todo en el componente del negocio”. El coordinador tampoco olvida la enorme responsabilidad que su trabajo conlleva en los estudiantes, aunque él se la toma “a buen gusto”; pues es una tarea con un final que merece la pena para él: la promoción de sus estudiantes. El entrevistado confiesa que ver una promoción graduándose cada año le provoca “el mayor sentimiento de autorrealización profesional que he tenido. Nada me ha llenado tanto a nivel laboral”.
P: Si tuviera que definir a la industria de los videojuegos española con una sola frase, ¿Cuál sería?
R: “Mucho talento, poco negocio”.
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P: ¿Cree que a los videojuegos les espera un futuro prometedor, que han venido para quedarse; o, por el contrario, un futuro negativo?
R: (Sonríe) “Los videojuegos llevan un tiempo aquí y no se van a ir, eso seguro. Ya forman parte de la cultura popular, de la sociedad, por lo que les espera un futuro prometedor”.
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Tras dialogar sobre la corte, sobre el sector de los videojuegos, llegó la hora de preguntarle a Iván sobre el rey, el monarca de la industria. El compareciente no vaciló, y declaró que China era el país dominante en lo que respecta a nivel de consumo. A pesar de que es un ecosistema completamente distinto, el gigante demográfico es una industria enorme por sí solo debido al volumen de jugadores y gente que consumen sus productos a diario. No obstante, esto también tiene su lado negativo. Debido a que China es conocida popularmente por su “aislamiento social” con respecto al resto del mundo, sus juegos suelen ser generalmente creados y designados para su propia comunidad: gozan de una cantidad de jugadores asombrosa que los colocaría fácilmente en los ranking de “Juegos más jugados”, pero casi nadie ajeno a China conoce o ha oído hablar de esos juegos. Sin embargo, Asensio explica que, para solventar ese problema y seguir generando influencia, “hay corporaciones chinas gigantes que están comprando grandes estudios internacionales para poder amasar gran parte de la industria global que todo el mundo conoce”.
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En cuanto al futuro monarca, Iván comentó que “el capital humano y las nuevas tecnologías hacen que en cualquier país, por muy pequeño que sea, pueda haber estudios de desarrollo que den un vuelco al mercado. Los gobiernos que inviertan en el sector conseguirán crear ecosistemas de empresas desarrolladoras que puedan competir al mismo nivel que las demás industrias”.
P: ¿Qué le diría a toda esa gente que quiere dedicarse profesionalmente a los videojuegos?
R: “Que, a día de hoy, tienen más oportunidades que nunca de formarse con calidad, y de poder dedicarse a lo que realmente les apasiona”.
P: ¿Y a ese colectivo que los sigue criticando a día de hoy?
R: “Que intenten informarse correctamente sobre el tema antes de criticar”.
Durante la ruta final de la entrevista, Iván abrió su corazón una vez más y expuso que los videojuegos eran una parte de él, una pieza de su alma. Asimismo, él ya ha “contagiado” con su pasión por los videojuegos a dos personas muy importantes para él: sus sobrinos. “Les encantan los videojuegos, y creo que esa afición les durará mucho tiempo”, confiesa el entrevistado. A pesar de sus ambiciones y objetivos personales, él se sigue viendo igual dentro de una década: haciendo lo que más le gusta, es decir, seguir trabajando en la industria. Y es que concluye manifestando con una cálida sonrisa que, sin importar las circunstancias, “los videojuegos siempre estarán en mi vida. Ten por seguro que siempre seguiré jugando”.
HAGAMOS LO QUE MÁS NOS GUSTA
Al preguntarle sobre qué era lo mejor y lo peor que le habían dado los videojuegos; Asensio no se cortó y expuso sus sentimientos de una manera tan personal que hacía parecer el ambiente a una conversación informal entre dos amigos: hablaba con absoluto cariño de una de sus mayores pasiones.
Es normal que alguien se sienta relajado hablando sobre un tópico que conoce bien, pero el caso de Asensio superaba los límites: no hablaba con un estilo frígido sobre videojuegos sino que, incluso, dejaba mostrar de manera nostálgica cuan agradecido estaba con ellos y con la industria por todos los eventos que le habían permitido volverse quién era: él disfruta de su trabajo, un sueño muy ansiado por cualquier persona en el mundo, pero que pocos consiguen. Lo cual se puede comprobar con una pequeña infografía.
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Una gran parte de los estudiantes (sobre todo universitarios) no son capaces de estudiar ni dedicarse profesionalmente a lo que les apasiona de verdad por diversas razones: porque sus padres no se lo permiten y quieren moldearlos en base a sus objetivos personales, porque no se sienten seguros de ellos mismos, porque no les llega la nota en selectividad, etc. Todo esto causa diversos problemas emocionales y de autoestima. Y lo mismo sucede con los videojuegos: muchos jóvenes no pueden dedicarse profesionalmente al sector porque todavía no es bien visto por toda la sociedad, no se presenta como una industria con salidas laborales y eso llega hasta oídos de los padres.
Para todos los padres y personas que todavía no comprenden las posibilidades de los videojuegos: pongan rumbo a lo desconocido y atrévanse a probar cosas nuevas, de la misma forma que dejen a sus hijos intentar alcanzar sus sueños. Habrá gente que no llegue a comprender ese agradecimiento hacia los videojuegos; pero si Iván ha conseguido disfrutar de lo que hace, es porque ha tenido que realizar un esfuerzo enorme por ello, no porque se lo hayan regalado o porque la industria de los videojuegos sea un sector para ‘gente rara’ o ‘vagos’ como los denominan algunos. Los prejuicios tienen que ser dejados a un lado para poder ver que lo más bonito es que cada uno disfrute con lo que más le guste, sin miedo a represalias.
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